ABC
Según ha asegurado Artur Mas, dos millones de catalanes «han
votado». Unos números facilitados por la propia Generalitat y que carecen de
fiabilidad, ya que han sido las organizaciones las que han hecho las
cuentas sin ningún tipo de control democrático. Pero si atendiéramos a
estos números, la realidad del 9-N es que dos tercios de los ciudadanos no
han querido participar de este simulacro antidemocrático.
Los organizadores intentaron sumar adhesiones permitiendo
incluso que votaran los mayores de 16, los extranjeros extracomunitarios
y los catalanes que viven fuera de España. En total el «censo» superaría
los 6.300.000 posibles participantes, un millón más de los que tuvieron derecho
a votar en 2006 en el referéndum del Estatut, cinco millones doscientas mil
personas.
EL MUNDO
En las últimas autonómicas acudieron a las urnas 3.668.310 catalanes. Un
67,75 % del censo. Y eso que ni los menores ni la mayoría de los
extracomunitarios, tal y como marca la ley, estaban inscritos. Es decir, la
última vez que los catalanes acudieron a las urnas (elecciones generales al
margen) participaron casi el doble que en el simulacro independentista. Una
farsa que además tenía la ventaja de que su «censo» contaba con un millón más
de «inscritos».
Los datos del simulacro del 9-N comparados con la votación del
referéndum del Estatut son igual de evidentes. Aquel 2006 participó un 49,4% del
censo, un porcentaje que supera con creces la movilización del simulacro
independentista.
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